19 junio 2007

Tuña

Tuña, como capital del Cuarto de la Riera, es sin duda el pueblo más importante de la zona.
Recorrer Tuña es encontrarse ante un rico muestrario de la arquitectura tradicional del campo asturiano, un catálogo amplio de construcciones de entre los siglos XVIII y primeras décadas del XX, que emplean los materiales y saberes locales: muros en mampostería de piedra, carpinterías de madera, cubiertas de teja curva de cerámica, combinación de escalera y corredor para acceder a la planta alta de vivienda, corredores y galerías de madera en las fachadas orientadas al mediodía, cuerpos volando con balcones, hornos tradicionales en planta terrena y otros más singulares en voladizo... Son esas casas tradicionales que realzan su fachada con los balcones con protecciones metálicas y ventanas con recercos de piedra de sillería y a las que se accede franqueando puertas que se abren bajo un arco de medio punto, de aire noble y atemporal.

En Tuña se encuentra una muestra inigualable de la arquitectura palaciega de ambiente rural. Casonas que se fueron ampliando en torno a torres de los siglos XV y SVI, como la casa de Doña María, o Torre de Campomanes, rodeada por una muralla almenada, o la misma Torre de Tuña o Torre de Campo, situada a su lado y la Casa de los Cienfuegos, en el centro del pueblo. A ellos se añaden los imponentes palacios de Cabo del Río (ss. XVI-XVIII) y el Palacio de Barreiro (s. XVIII), en el barrio de Castañeo. Tampoco se puede dejar sin visitar la casa natal del General Riego, Casa La Chamorra (s. XVIII), con su gran corredor en voladizo.

La Iglesia de Santa María del Pedrero. Fue edificada en 1771, el templo destaca por sus sillares rojizos, en piedra caliza de Espinareo. Tiene planta de cruz latina y cubre el centro del crucero con cúpula. Mantiene capillas blasonadas, realizadas por los nobles del lugar. El retablo mayor es de finales del XVIII, probablemente salido del taller de los Palomino, artesanos de Villatresmil. Frente e la fachada principal del templo, el busto del General Riego, obra del escultor Iglesias Luelmo, contempla la plaza central del pueblo.


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